25 junio 2007

Mi cabeza y mi corazón se confabulan contra mi.

Aunque intente envolverme en una coraza de hierro y ser fría e insensible con respecto a lo que al amor se refiere, no puedo, mi romanticismo cursi a veces es más fuerte que yo, y si alguien ve mi foto del gtalk el día de hoy se dará cuenta porque lo digo.

El fin de semana, anduve de schopping y fui al cine con una amiga, se suponía que veríamos “El Perfume”, pero no alcanzamos, y vimos “Shrek 3”, no voy a hacer ninguna crítica a la película, sólo decir que me parecieron mucho mejor las dos anteriores, aunque hubo momentos chistosos, no hilarantes, pero jocosos….. En fin, esta peliculilla de dibujos animados, me llevó a lugares recónditos de mi mente y extrajo recuerdos de mi infancia y de los cuentos de hadas que solía leer………

La Bella Durmiente, siempre ha sido mi favorito, Aurora y el Príncipe Felipe, partiendo por la historia incluyendo la música con ese Vals de Tchaikovsky que también me encanta y terminando con el beso de amor que despierta a la doncella y son felices para siempre.

Creo que por culpa de tanto cuento de hada que leí y vi cuando niña, es que se creó mi eterna fantasía del “happily ever after” que al final nunca fue, ni creo que será, pero bueno, paso por momentos extraños en estos días, si bien soy feliz en cuanto a lo que tengo y a las decisiones que he tomado, aún busco mi sueño encantado, y eso me da rabia y me hace sentir y creo que en vez de avanzar, retrocedo…….

Si bien Andieta ya no es tema recurrente de mis sueños, si sueño con el Príncipe Felipe, o con Tuxedo Mask (si alguien vio Sailor Moon, sabrá de quien estoy hablando), mi corazón no entiende que quiero que se congele y mi mente no entiende que quiero dejar de soñar, no quiero volverme una piedra tampoco, pero quiero que mi romanticismo me deje vivir sin soñar, con cosas imposibles, ya no creo en el amor para siempre, ya no creo en la relación 100% fiel, ya no creo tampoco en el matrimonio, después de tanta desilusión mi cabeza no cree en nada, pero mi corazón me traiciona y me hace a veces tener alas y vuelvo a volar a los reinos de las princesas, de los príncipes encantados, con dragones, torres altas y castillos.

13 junio 2007

Dias de Lluvia

Después de varios meses sin publicar nada, vuelvo a escribir, quizás porque tengo más tiempo o quizás porque realmente necesito botar lo que llevo dentro y lo que me ha ocurrido durante estos días, llenos de locuras, alegrías y decisiones que demoré tanto tiempo en tomar.

Elisa, por fin olvidó a su Andieta, se liberó de sus ataduras que la tenían amarrada a pobres ilusiones, a conformismos y a promesas que nunca se podrían cumplir. Cual Bella Durmiente, despertó y abrió los ojos, eso sí no hubo beso de príncipe valiente, ni cosas por el estilo, pero pudo ver las cosas más claras, cosas que nunca antes había visto o tal vez se había negado a ver... se recriminó muchas cosas, cosas que su punto de vista fueron vergonzosas e inaceptables, lloró por lo errores cometidos y decidió poner fin de una vez por todas a las amarguras y a la inestabilidad que por casi 4 años la tenía rodeada.

Volvió a ser ella misma, volvió a mirarse al espejo y a recordar que aunque ya no era una niña, se había convertido en una mujer, se vio descuidada, sin brillo en sus ojos y comenzó de nuevo a ver que tenía mucho tiempo por delante, que nadie tenía derecho a manejar su vida, ni a decirle lo que debía o no debía hacer.

La vida le sonríe de nuevo, se levantó desde donde estaba para mirar más alto, recuperó las fuerzas que tenía perdidas, se alimentó de nuevas esperanzas, esta vez más reales y comenzó a caminar otra vez, ahora sola, sin depender de nadie, sin mentiras, ni excusas, sola hacia delante, le queda tanto camino por andar y ella había pensado que estaba en el la última vuelta de la carrera, cuando ésta recién comenzaba.

Ya no hay Andieta, sólo memorias y recuerdos de un bonito pasado, rescató las mejores fotografías que había pintado en su cabeza y enterró lo que quería olvidar y perdonó, aunque no se lo pidieron y sabe que no se lo pedirán nunca, pero no le importa, recuperó su sanidad mental, eso que había perdido y que la hacía ver la cosas como quería que fueran no como realmente eran… ahora vuela con sus propias alas y no tiene miedo de caer, recuperó lo que creía perdido y volvió a abrazar a los suyos como si nunca hubiera partido, como si nunca hubiera dejado todo, como si nunca nadie hubiese llorado su ausencia.

Andieta, sigue buscando su oro, sigue persiguiendo sus sueños y no cree que Elisa haya cambiado, tiene la seguridad que cuando vuelva todo volverá a ser como antes, como el siempre quiso que fuera, con sus mentiras, caprichos, falsos amores y con Elisa siempre aceptando todo, llorando su ausencia. Le escribe y dice que la extraña, que la ama, que no puede vivir sin tener noticias de ella, pero en su machismo extremo, mantiene la posición que siempre tuvo y que ella nunca reconoció y nunca quiso ver, “esto se acabó, ya no da para más” dijo ella a su ex amado, “nadie te amará como yo te amé” respondió él.

En su interior Elisa, deseo que así fuera, no quiere que la vuelvan a amar de esa manera, que nunca fue sana, ni tan pura como alguna vez creyó.

Ahora Elisa, ya no es Elisa, no espera a Andieta, ni pretende abordar un barco para ir tras huella, ahora es Nadia, quien solo espera que el futuro le traiga nuevos sueños a los cuales abrazarse, quien trabaja y estudia en las tardes, quien se preocupa de nuevo por ella misma, quien extraña a su familia y la valora más que nunca, quien se volvió a reunir con sus amigos y a confiar en ella misma, a valorarse y ahora sabe lo que quiere en la vida.

Yo, ni la mejor ni la peor de todas, sólo yo, acá en este día de lluvia declaro que volví a vivir y soy feliz otra vez.